Síntomas previos al parto Es normal que, al final del embarazo, experimentes un súbito aumento de energía conocido como “el síndrome del nido”. Puede que te apetezca cambiar la decoración o limpiar la casa de arriba abajo. Procura no pasarte haciendo cosas porque, en realidad, necesitarás todas tus fuerzas para el parto. Prepara la bolsa o maleta que vayas a llevar al hospital cuatro semanas antes de la fecha en la que sales de cuentas y deja sitio para las cosas de última hora, así, estarás preparada si tu bebé decidir llegar antes de lo previsto.

Signos de alerta
En las últimas semanas de gestación, el bebé estará menos activo, en parte porque tiene mucho menos espacio para moverse. De todos modos, es importante que notes cierto movimiento, de modo que estate alerta. Si observas un claro descenso de la actividad, ponte en contacto con tu médico. A medida que se acerque la fecha de salida de cuentas, notarás cambios físicos que te indicarán que tu cuerpo se prepara para dar a luz.

La barriga baja
Hacia la semana 36, el útero habrá alcanzado su punto máximo de expansión y estará ya cerca de tu esternón. Poco antes del parto, la barriga bajará un poco hacia la pelvis. Si este es tu primer hijo, seguramente esto ocurrirá semanas antes del parto, aunque, en algunos casos, la barriga no baja hasta iniciado el alumbramiento.

El tapón mucoso
A veces, cuando el cuello del útero empieza a dilatarse, expulsa un tapón mucoso, un grumo transparente y gelatinoso que mantenía cerrado el cuello del útero durante el embarazo. Su presencia indica que tu cuerpo ya ha iniciado la cuenta atrás para el parto, aunque no ocurra en las próximas horas.

Romper aguas
Es posible que rompas aguas antes de las primeras contracciones fuertes, pero una vez hayas roto aguas, te pondrás de parto en un máximo de 24 horas. Notarás que te sale de la vagina, a chorro o en un hilo, un fluido inodoro y transparente.

Los cambios en tu cuerpo
Puedes ganar de 4,5 a 5,5 kg durante el tercer trimestre, aunque es posible que, en el último mes, el ritmo baje y puede que incluso pierdas algo de peso antes del parto. Y tus pechos empezarán a producir calostro (que será el primer alimento de tu hijo).

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