Se define a los niños con altas capacidades o superdotados, como aquellos que muestran una elevada capacidad de rendimiento en las áreas intelectual, creativa y/o artística; poseen una desusada capacidad de liderazgo o sobresalen en áreas académicas específicas. Al igual que otras características excepcionales, la superdotación plantea importantes exigencias sobre los recursos familiares y comunitarios. Conlleva riesgos de estrés psicosocial, aislamiento e incumplimiento de posibles logros debido principalmente a que requieren servicios y actividades que comúnmente no brindan nuestras escuelas.
La conducta del niño superdotado en clase, donde pueden aburrirse por su alto nivel cognitivo, plantea similitudes con el TDAH y quizá por ello cada vez detectamos más niños con alta capacidad en nuestras consultas.
El perfil de paciente con estas características, es un niño que muestra inatención, poca persistencia en las tareas que consideran irrelevantes, inician muchos proyectos pero terminan pocos, son desorganizados y pierden los trabajos. A nivel conductual, tienen dificultades para restringir su deseo de hablar, cuestionan normas y en algunos casos pueden plantear conflictos con la autoridad (profesores, padres, etc…).
A diferencia de los alumnos con TDAH, el alumno con alta capacidad es capaz de explicar tanto la inatención como su conducta y además estos problemas del aprendizaje y los comportamientos disruptivos, no se manifiestan en todas las situaciones o ambientes.
A pesar de todo, tenemos que hacer referencia a que no siempre es tan fácil el diagnóstico diferencial de un niño que consulta por primera vez por dificultades en el aprendizaje y sospechamos altas capacidades, pues el diagnóstico de TDAH, no es incompatible con un elevado nivel cognitivo. Esta situación es lo que conocemos como alumno doblemente excepcional.
La situación actual en nuestro sistema educativo es que el 70% de los alumnos superdotados presentan bajo rendimiento y entre un 30-50%, fracaso escolar.
Las causas de esta situación están condicionadas por los siguientes factores:
- Personalidad: Perfeccionismo y miedo al fracaso, sensibilidad extrema y un humor explosivo que puede hacerlos vulnerables y determinar inestabilidad emocional, falta de confianza, comportamientos de evitación, miedo al fracaso, aislamiento social o acoso escolar con las consiguientes repercusiones escolares.
- Su nivel cognitivo y facilidad para el aprendizaje: puede condicionar aburrimiento, y desmotivación. A esto puede unirse la atmósfera anti-intelectual de nuestras escuelas, la ausencia de medidas educativas aplicadas a estos niños o el efecto Pigmalión negativo que se ejerce por partes y profesores una vez detectada la capacidad del niño.
- Coexistencia de trastornos del aprendizaje o psiquiátricos (alumno doblemente excepcional): los niños con altas capacidades pueden asociar trastornos del aprendizaje, TDAH, trastornos del espectro autista, trastornos de conducta o trastornos del estado del ánimo que pueden condicionar un rendimiento del alumno inferior al esperado para su nivel cognitivo.
- Su nivel cognitivo y facilidad para el aprendizaje: puede condicionar aburrimiento, y desmotivación. A esto puede unirse la atmósfera anti-intelectual de nuestras escuelas, la ausencia de medidas educativas aplicadas a estos niños o el efecto Pigmalión negativo que se ejerce por partes y profesores una vez detectada la capacidad del niño.
- Coexistencia de trastornos del aprendizaje o psiquiátricos (alumno doblemente excepcional): los niños con altas capacidades pueden asociar trastornos del aprendizaje, TDAH, trastornos del espectro autista, trastornos de conducta o trastornos del estado del ánimo que pueden condicionar un rendimiento del alumno inferior al esperado para su nivel cognitivo.
- Dificultad diagnóstica y Ausencia de un tratamiento psicopedagógico apropiado (adaptación curricular) a pesar de su identificación.
Concluimos que los niños con alta capacidad intelectual deben considerarse como un grupo de riesgo neuropsicológico, pues su identificación y establecimiento de las medidas psicoeducativas apropiadas de manera temprana es clave para anticiparse y evitar posibles problemas en el ámbito personal, social y académico.
Una historia clínica detallada, el conocimiento de los signos de sospecha (aprendizaje fácil y precoz, lectura temprana y de forma autodidacta…etc), el uso de escalas para padres y maestros pueden resultar de gran utilidad para su identificación, siempre y cuando se realicen dentro de un marco de cooperación multidisciplinar que diferencie y confirme el diagnóstico y establezca las medidas oportunas.
CUESTIONARIOS DE DETECCIÓN DE NIÑOS CON ALTAS CAPACIDADES: