RETRASO PONDERAL (TALLA/PESO) EN EL LACTANTE Y NIÑO PEQUEÑO
El retraso en el crecimiento del bebé suele ser causa de gran ansiedad en los padres. Es casi normal, sobre todo en padres primerizos, acudir a la báscula para comprobar que todo va bien con el bebé durante las primeras semanas de vida. Es importante concienciar a los padres que los percentiles de peso, talla y perímetro cefálico son solo unas referencias entre las muchas a contemplar: alimentación, actividad del niño, su descanso, los pañales que moja en el día, las cacas que hace, el llanto vigoroso.

El crecimiento y el desarrollo están influidos por factores genéticos, hormonales nutricionales y psicosociales.
Ya hemos visto (ver en este blog mi niño no me come, baches en la lactancia) que los bebés y los niños pasan por periodos de comer menos de lo habitual, siendo la mayoría de las veces algo normal,  y que en un tiempo recuperan su ingesta normal. Solo si persisten en el tiempo pueden llegar a afectar al crecimiento, y es ahí cuando debemos estar vigilantes.
Los niños con crecimiento lento o retardado deben ser seguidos por el Pediatra. 
Se debe descartar problemas en la alimentación, la presencia de posibles enfermedades o la existencia de la llamada deprivación social, donde el ambiente familiar pueda conducir a una nutrición deficiente.

CONSEJOS:
  • No está indicado el uso de estimulantes del apetito, ya que desorienta el problema al apetito del niño, en vez de ir a la posible causa.
  • No está indicado el uso rutinario de vitaminas y minerales, exceptuando los casos de déficit específicos (vitamina D en raquitismo…).
  • Otros suplementos como jalea real, polen, infusiones, etc, no están avalados por estudios clínicos que aconsejen su uso.







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