DIETA  durante la LACTANCIA
Los niveles de proteína, grasa e hidratos de carbono de la leche materna no suelen verse afectados por los niveles de dichos nutrientes en la dieta de la madre; pero si los niveles de ciertas vitaminas (A y B12, por ejemplo). Si bien la calidad de la leche no está  siempre directamente relacionada con la calidad de la dieta de la madre lactante, la cantidad de leche si suele estarlo. Así, por ejemplo, las mujeres cuyas dietas son deficientes en proteína y / o calorías, producen una leche de composición adecuada pero en menor cantidad. Para producir una leche de buena calidad y en cantidad suficiente, la madre continuará tomando el suplemento de vitaminas y minerales del embarazo, y seguirá fielmente la dieta explicada para el embarazo, con las siguientes modificaciones:
  • Aumentar la ración diaria de calorías en unas 500 calorías con respecto a las necesidades de antes del embarazo. Esta norma es flexible y, al igual que durante el embarazo, la madre puede guiarse por su báscula. Si tiene mucha grasa acumulada durante el embarazo (o de un período anterior), puede ingerir menos calorías, ya que la grasa será quemada para producir leche (y la madre podrá perder peso). Si la madre tiene un peso demasiado bajo, probablemente necesitar más calorías que las 500 adicionales (la ración diaria recomendada presupone un cierto consumo de las reservas de grasa, de las que carecen las madres demasiado delgadas). Independientemente de su peso, la madre puede darse cuenta de que necesita más calorías a medida que su bebé‚ crece y necesita más leche. También en este caso, la báscula le puede servir de orientación. Sí su peso empieza a disminuir por debajo del peso ideal, deberá aumentar su ingestión diaria.
  •  Aumentar la cantidad de calcio en una ración diaria.
  •  Reducir la ingestión diaria de proteína en una ración (la que se aumentó durante el embarazo).
  •  Beber por lo menos ocho vasos de liquido (leche, agua, caldos o sopas, yzumos); beber incluso más si hace calor y si se pierde mucho liquido a través de la transpiración. Aunque la madre puede tomar ahora cantidades moderadas de té, café‚ y bebidas alcohólicas, no debe incluirlas en su ración diaria de líquidos, ya que tienen un cierto efecto deshidratante. De todos modos, no son buenos los excesos; paradójicamente, la ingestión de cantidades exageradas de líquido (más de 12 vasos al día) puede frenar la producción de leche. La sed y la cantidad de orina excretada permitirán calibrar las necesidades.
  • Saltarse la dieta de vez en cuando. La madre habrá  pasado por nueve meses de abstinencia; se merece un premio, por lo menos de vez en cuando. La clave es aquí la moderación. Una pequeña cantidad de azúcar no perjudicará la producción de leche, pero sí que puede hacerlo una dieta basada únicamente en pasteles y caramelos, ya que quitará el apetito para los alimentos necesarios. Lo mismo se puede decir de otros alimentos superfluos desde el punto de vista dietético, como las patatas fritas o el pan blanco; la madre disfrutará con ellos sólo si a cumplido sus obligaciones dietéticas.
  • Las comidas se repartirán con regularidad a lo largo del día, tomando colaciones a mitad de mañana y tarde. No saltarse comidas ni ser irregular o desordenada.
 


Dr. Gustavo Serrano Quintana.            
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