COMUNICACIÓN NO VERBAL:
Es
la primera comunicación que se establece. El niño nos hablará con el llanto,
las risas y los gestos. Los padres (madre) con las caricias, miradas, abrazos…
Identificar
su llanto (hambre, necesidad de brazos, de compañía, de dolor, de frío o
calor…) nos irá permitiendo conocer y manejar sus necesidades.
La
capacidad que tiene un niño de controlar la conducta de otra persona se
convierte en una parte necesaria de la actividad práctica del niño. Por eso,
ante el niño que llora demasiado, hay que intentar conocer si hay una causa
orgánica o si es que ha aprendido a manejar el llanto como llamada. En el lado
contrario, también habrá que estar vigilante ante el niño que no llora.
Los
gestos son escritura en el aire…
COMUNICACIÓN VERBAL: hasta que el niño aprende el lenguaje, y desde el
principio, se ha comunicarse con él
hablándole, cantándole…
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Los padres deben manejar el tono, la intensidad y la
calidad del lenguaje (Verbal y No verbal), pues desde el principio oyen, ven y
aprenden a entender a través del lenguaje.
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El lenguaje desempeña un papel fundamental en la
organización de las funciones psicológicas superiores.
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La vocalización del infante, que al principio sirve
para descargar la tensión, sufre modificaciones progresivas hasta convertirse
en un juego.
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Hacia el tercer mes de vida, el infante se da
cuenta de que puede oír sonidos que
produce él mismo y que son diferentes de los del entorno, y que está en su
poder producir su propios ruidos y dejar de hacerlo.
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El infante produce sonidos que aprende a hacer
rítmicos, reiterativos, labiales y linguales, que escucha cuidadosamente y
repite una vez tras otra, creando su propio eco.
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Seis meses después, utilizará esta experiencia para
imitar los sonidos que oye a su madre.
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La repetición de los sonidos del niño y los de la
madre se irán constituyendo en señales semánticas.
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Antes de llegar a dominar su propia conducta, el
niño empieza a dominar su entorno con el lenguaje.
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Tan pronto el lenguaje hace su aparición (junto con
el empleo de los signos) y se incorpora a cada acción, ésta se transforma y se
organiza de una forma más compleja y elaborada, lo que ayuda a que el uso de
instrumentos sea superior al resto de los animales.
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El lenguaje organiza, unifica e integra los
distintos aspectos de la conducta de los niños, como la percepción, la memoria
y la resolución de problemas.
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La función planificadora del lenguaje hace su
aparición junto con la ya existente función del lenguaje de reflejar el mundo
externo.
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Es natural y necesario para los niños hablar
mientras actúan.
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Para el niño hablar es tan importante como el actuar
para lograr una meta (los niños no hablan solo de lo que están haciendo, sino
que desarrollan soluciones para el problema planteado).
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Cuanto más compleja sea la acción exigida por la
situación y menos directa sea su solución, tanto mayor es la importancia del
lenguaje para la resolución.
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Los primeros garabatos y dibujos son gestos… no
dibujan, indican.
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Son un primer estadío en el lenguaje escrito.
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El niño tiene que descubrir que las líneas que traza
pueden significar alguna cosa.
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Los signos escritos suelen ser gestos que han
quedado fijados.
LA EDUCACIÓN Y EL LENGUAJE
El
aprendizaje y la experiencia social se realizan
a través de la imitación
Aprendizaje:
–
Congruencia entre nuestro lenguaje Verbal y No
Verbal
–
Congruencia entre el lenguaje y la acción
