ESTREÑIMIENTO: CONCEPTO E INCIDENCIA
Disminución de la frecuencia de las deposiciones, así como de su volumen y/o su contenido líquido (heces duras, como cabrillas...). Ocurre tanto en los bebés como en los niños más grandes. Puede no causar grandes problemas o causar dolor al evacuar y como consecuencia terror del niño al acto de defecar.
Debemos tener en cuenta los hábitos familiares de evacuación, pues el niño puede tener tendencia derivada de los padres.
El número de evacuaciones que presenta un bebé recién nacido depende de su alimentación (más evacuaciones y más líquidas, en los alimentados sólo con leche materna, con respecto a los bebés alimentados con fórmulas adaptadas). En general, un bebé de menos de 6 meses debe de evacuar no menos de una vez al día y tener al menos tres deposiciones semanales después de esta de edad. Para los 2 años de edad los niños pueden tener entre una y dos evacuaciones por día. CAUSAS El estreñimiento puede ser causado por problemas orgánicos, o ser un estreñimiento funcional, mucho más frecuente. Causas de estreñimiento funcional son: • Abuso de alimentos astringentes (patatas, plátano, arroz y alimentos ricos en hidratos de carbono o azúcares como chocolate y golosinas). • Falta de fibra en la dieta. • Poca ingesta de agua y líquidos. • El desorden en las horas para comer. Muchos niños con estreñimiento comen más entre las comidas que a la hora de la misma. • Condiciones durante el aprendizaje de los hábitos de higiene. Algunos padres obligan en forma precoz al niño a avisar para "hacer cacas", o son demasiados insistentes y hasta lo castigan, llegando a condicionar en el niño una actitud de oposición o rechazo a la defecación. |
• Las tensiones escolares al inicio del ciclo escolar también influyen en que el niño mayorcito presente estreñimiento. Si el género de vida es atareado y activo, el niño no hace caso de los impulsos para defecar.
• El inicio del estreñimiento puede coincidir con un acontecimiento familiar traumático, como luto familiar, cambio de casa o de ciudad.
El estreñimiento crónico infantil puede asociarse con la llamada encopresis o defecación inadvertida en la ropa. Estos episodios ocurren sin que el niño se dé cuenta del accidente, no lo hace deliberadamente.
En otros casos, el niño paraliza voluntariamente (normalmente por traumas por la defecación) la salida de las heces con verdaderos esfuerzos, provocando manchados incidentales de heces que rebosan la barrera por él provocada. Los niños con encopresis pueden ser objeto de burlas y de aislamiento social y su tratamiento requiere el trabajo paciente de los padres, asesorados por su pediatra y en ocasiones requiriendo manejo psicológico.
TRATAMIENTO
En otros casos, el niño paraliza voluntariamente (normalmente por traumas por la defecación) la salida de las heces con verdaderos esfuerzos, provocando manchados incidentales de heces que rebosan la barrera por él provocada. Los niños con encopresis pueden ser objeto de burlas y de aislamiento social y su tratamiento requiere el trabajo paciente de los padres, asesorados por su pediatra y en ocasiones requiriendo manejo psicológico.
TRATAMIENTO
En primer lugar hemos de consultar al Pediatra o a la Enfermera para valorar si es un problema o una circunstancia temporal.
Tener en cuenta que cualquier cambio en su alimentación (paso de la alimentación líquida a semisólida o a sólida) o a la hora de quitar el pañal puede provocar un estreñimiento que, con paciencia, hemos de conseguir que sea temporal.
El objeto principal del tratamiento del estreñimiento crónico es vaciar el excremento que se encuentra en el recto y mantenerlo constantemente vacío.
1. Cambios dietéticos: Aumentar la cantidad de fibra, líquidos, frutas y vegetales. El incremento de la fibra lo hacemos de manera gradual, pues una dieta con gran cantidad de fibra favorece que el niño tenga mucha flatulencia, distensión del abdomen y cólicos. Entre los alimentos ricos en fibra tenemos el salvado de trigo y las legumbres. Una golosina con mucha fibra son las palomitas de maíz. Eliminar temporalmente o disminuir los alimentos que empeoran el estreñimiento como plátanos, patatas, y zanahorias.
2. Reeducación intestinal: Estimular al niño a que se siente en el WC durante 10 minutos después de las comidas y a que nunca se "aguante" o retenga.
Tener en cuenta que cualquier cambio en su alimentación (paso de la alimentación líquida a semisólida o a sólida) o a la hora de quitar el pañal puede provocar un estreñimiento que, con paciencia, hemos de conseguir que sea temporal.
El objeto principal del tratamiento del estreñimiento crónico es vaciar el excremento que se encuentra en el recto y mantenerlo constantemente vacío.
1. Cambios dietéticos: Aumentar la cantidad de fibra, líquidos, frutas y vegetales. El incremento de la fibra lo hacemos de manera gradual, pues una dieta con gran cantidad de fibra favorece que el niño tenga mucha flatulencia, distensión del abdomen y cólicos. Entre los alimentos ricos en fibra tenemos el salvado de trigo y las legumbres. Una golosina con mucha fibra son las palomitas de maíz. Eliminar temporalmente o disminuir los alimentos que empeoran el estreñimiento como plátanos, patatas, y zanahorias.
2. Reeducación intestinal: Estimular al niño a que se siente en el WC durante 10 minutos después de las comidas y a que nunca se "aguante" o retenga.
3. Reblandecedores de heces: aceite mineral, parafina, lactulosa o psyllium. Se puede continuar su uso durante un máximo de 3 meses, hasta que se hayan regularizado los hábitos intestinales.
4. Enemas de fosfato o combinado con aceite mineral o laxantes para obtener alivio inmediato, en caso de estreñimiento pertinaz
En caso de recurrir a tratamiento farmacológico, éste se abandonará gradualmente, nunca de golpe.
Tratamiento del estreñimiento con encopresis: puede además necesitar terapia psicológica especializada.
Disquecia:
Dificultad para la defecación, debida a una falta de
coordinación entre los músculos del suelo de la pelvis y los esfínteres
anales.
Esta dificultad provoca una situacion de esfuerzo y llanto con el paso de deposiciones blandas.
Se dá esta situación en lactantes de menos de 6 meses de edad y se reconoce por el llanto y la dificultad de defecar (se ponen rojos de tanto apretar) pese a los esfuerzos (pueden estar unos 10 minutos intentándolo), antes de la expulsión exitosa de heces blandas en niños por lo demás sanos.Al ser un problema derivado de la maduración del bebé, hay que procurar no hacer nada, y sobre todo no emplear insistentemente técnicas de estimulación anal (punta de termómetro, rabillo de perejil, supositorios...) los cuales implantarían la solución sin que el esfinter haya aprendido a relajarse cuando el abdomen empuje. En situaciones normales, en pocas semanas el individuo habrá aprendido a sincronizar los estímulos reflejos de la defecación. |