COMPORTAMIENTO DEL PREMATURO
Movimientos 
Es difícil predecir cómo va a responder el niño ante usted y el entorno. Puede que sus reacciones tengan un carácter brusco o sobresaltado, porque todavía está intentando adaptarse a los cambios de su entorno e incluso a sus propias necesidades fisiológicas. Es frecuente que los niños prematuros tengan movimientos poco coordinados. Es posible que sus brazos y piernas se pongan rígidos de repente o que los encoja. Aveces, su cuerpo puede quedar flácido y poco después ponerse tenso. Según madure, estas acciones reflejas irán desapareciendo poco a poco. Puede ayudarle a controlar sus movimientos: Sujetándole los brazos y las piernas próximos al cuerpo. Haciendo movimientos lentos y graduales al moverle.
En los niños prematuros es frecuente que los sentidos se desarrollen con más rapidez que la coordinación muscular. Es posible que le parezca que el niño tarda mucho en adquirir el control del movimiento de la cabeza o en coger los objetos. Sin embargo puede que esté aumentando su capacidad para responder a los estímulos visuales y auditivos, un indicador del desarrollo sano.
Respiración
Los patrones de respiración y color de la piel de los niños prematuros pueden sufrir cambios bruscos sin avisar. Observe al niño para conocer su patrón de respiración y coloración “normal”. Observe el tórax mientras respira. Cuente el número de respiraciones por minuto que hace normalmente. Escuche los ruidos que hace cuando respira cómodamente.
Familiarizarse con estas conductas “normales”, le permitirá detectar mejor los problemas. Debe consultar al médico siempre que le preocupe la respiración o el color del niño.
Sueño
Durante las primeras semanas en casa, el niño pasará casi todo el tiempo dormido. Al principio puede que duerma entre 15 y 22 horas diarias. Los prematuros suelen alternar largos periodos de sueño con cortos intervalos despiertos. Es posible que llegue a casa del hospital teniendo cambiado el día por la noche. Tenga en cuenta el tipo de ambiente en que está acostumbrado a dormir. Deje una lámpara encendida. Proporciónele sonidos ambientales, como ponerle la radio a volumen bajo. Poco a poco puede ir disminuyendo los ruidos y la luz para ayudarle a adaptarse al ambiente hogareño. Las tomas nocturnas se deben hacer casi a oscuras y sin modificar el ambiente de silencio de la casa. Cuando tenga una edad corregida de 6 a 8 meses, puede esperar que duerma durante toda la noche.
Llanto 
Al principio es posible que llore poco y posteriormente el llanto se “activa”, según se acerca la fecha de parto prevista inicialmente (edad corregida de 0 meses). Los primeros intervalos de llanto suelen ser cortos, y puede ser tranquilizado fácilmente acariciándolo suavemente o dándole algo para chupar.
Según vaya madurando, su llanto se hará más frecuente. Así pues, el llanto es una buena señal de desarrollo normal del niño. Los recién nacidos a término pueden llorar durante 2 a 3 horas diarias en los primeros meses de vida. Algunos prematuros, sobre todo los más pequeños, pueden estar muy intranquilos y llorar durante 6 horas o más al día. Según van madurando, pueden ser tranquilizados
más fácilmente. Con el tiempo el propio niño aprende a calmarse. La intranquilidad y el llanto suelen alcanzar su pico de intensidad a una edad corregida de 3 a 4 meses. Al hacerse mayor, es probable que el niño llore menos y sus periodos de sueño se hagan más regulares.
No se preocupe si lo mima demasiado, dele mucho afecto y atención. En estos primeros meses, su hijo necesita que lo cojan en brazos con tanta frecuencia como el tiempo lo permita. Aveces resulta difícil reconfortar al niño cuando llora. El llanto prolongado puede ser signo de que está enfermo o tiene dolor. Si el niño llora durante un tiempo mucho más largo de lo habitual, debe comunicárselo a su médico. Aunque no pase nada, es conveniente comprobarlo.
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