La mayoría de los casos de picor anal no tienen causa
conocida, y suele durar poco tiempo, por lo que la actitud debe ser expectante.
Si la situación persiste o se hace de difícil manejo para el niño hay que tomar
medidas.
Tener en cuenta que una vez que aparece el prurito de
cualquier causa puede comenzar un ciclo de picor-rascado-picor, en el que el
rascado provoca más prurito. A menudo, la piel presenta excoriaciones e
infección secundaria, lo que aumenta el prurito. Además, los tratamientos
tópicos para la picazón y la infección pueden ser sensibilizantes y provocar
más prurito.
Es muy frecuente encontrar causas relacionadas con la
higiene. Muy poca limpieza deja heces irritantes y restos de sudor en la piel
anal. El exceso de limpieza, a menudo con toallitas sanitarias y jabones
fuertes, puede ser desecante o irritante o, en ocasiones, causar una reacción
de hipersensibilidad por contacto. Estas situaciones causadas por mala higiene son
muy típicas en niñas de pocos años que acuden a la escuela y tienen que empezar
a limpiarse ellas mismas.
En los niños, la incontinencia fecal y la urinaria
predisponen a irritación local e infecciones por hongos secundarias, por lo que
hay que revisar la zona para ver si hay enrojecimiento o irritación.
También puede ocurrir en niños estreñidos, que tienen la
posibilidad de que se le produzcan pequeñas fisuras en el ano. La pista nos lo
dará si vemos pequeños restos de sangre en las heces, al limpiar la zona con el
papel o encontrar restos en la ropa íntima.
Más raramente se presenta inmediatamente después de la
ingesta de algunos alimentos y durante un tratamiento con Antibióticos.