Higiene
Es aconsejable,aunque no necesario en ciertos casos, habituar al niño al baño desde los primeros días. Pero, sobre todo al principio, no hay que esmerarse en "sacarles brillo", ya que al nacer, la piel tiene unas magnificas defensas que es mejor mantenerlas el mayor tiempo posible.Un bebé no suda, apenas se mancha en la zona del pañal, de ahí que el baño no es estrictamente necesario que sea diario.
Éste puede realizarse a cualquier hora, aunque quizá sea preferible al final del día para que se relaje y duerma mejor. El baño tendrá una duración breve. No es imprescindible el uso de jabón. Se deben utilizar productos suaves, neutros o discretamente ácidos y no perfumados, aplicando pequeñas cantidades con la mano o con una esponja suave.
Éste puede realizarse a cualquier hora, aunque quizá sea preferible al final del día para que se relaje y duerma mejor. El baño tendrá una duración breve. No es imprescindible el uso de jabón. Se deben utilizar productos suaves, neutros o discretamente ácidos y no perfumados, aplicando pequeñas cantidades con la mano o con una esponja suave.
El
recién nacido duerme casi todo el día, despertándose para las tomas. El
tiempo que tardan en dormir 5 o 6 horas seguidas durante la noche es
variable de unos niños a otros.
Es conveniente que la habitación sea luminosa y esté bien ventilada.
Se debe cambiar de pañal al niño siempre que se ensucie.
Hay
que lavarle con agua tibia y secarle bien los pliegues cutáneos para
evitar escoceduras. Para mantener la piel seca se pueden utilizar pastas
con óxido de zinc. No se aconsejan los polvos de talco. Las toallitas
impregnadas en jabón se utilizarán el menor número de veces posible,
reservándolas para cuando se está fuera de casa, ya que su uso
continuado puede irritar la piel.
Es
conveniente dejar la zona del pañal al aire libre durante unos 5
minutos, 2 o 3 veces al día. En las niñas se debe limpiar en sentido de
vulva a recto.
Nunca
debe dejarse a un niño solo sobre una mesa o mueble para cambiar el
pañal; hay que tenerlo todo previsto antes. Si se ha de buscar alguna
cosa, antes hay que dejar al niño en un sitio seguro o llevarlo
consigo.
Las legañas de lo ojos se limpian con agua, suero fisiológico o , mejor aún, leche materna.
No se deben introducir bastoncillos para retirar el cerumen del oído.
Las uñas
de los pies del recién nacido deben cortarse igual que las del adulto:
rectas, sin redondear los bordes y dejándolas suficientemente largas
para evitar la uña encarnada. Las de las manos se pueden llevar cortas y
redondeadas, para evitar las lesiones de rascado. Se deben utilizar
tijeras de punta roma.
Se aconseja que las ropas del niño
sean holgadas, de fácil utilización y de algodón, evitando aquellas que
suelten pelusa y pelo. Es preferible abrocharlas a la espalda con
botones grandes o tiras de velcro.
La
ropa puede lavarse a mano o a máquina, pero separada de la ropa de los
adultos, con jabón neutro, sin utilizar suavizantes ni lejía y
aclarándola con abundante agua.
Paseo:
Se debe sacar al niño de paseo.
Las radiaciones solares tomadas con precaución son buenas y
aconsejables. La luz del sol que incide sobre la piel, inicia la
síntesis de la vitamina D, imprescindible para permitir el crecimiento
normal del niño y evitar el raquitismo.
La exposición solar excesiva puede provocar quemaduras, por ello debe
limitarse el tiempo de exposición empezando por pocos minutos y
aumentando progresivamente. Sin duda lo mejor es pasear bajo la sombra de los arboles. El niño necesita luz y que le de el aire, no permanecer encerrado en casa salvo que lo tengamos enfermo.