PREVENCION DEL FRACASO ESCOLAR
Ambiente
familiar
Los
modelos que se ofrecen a los hijos son fundamentales para su desarrollo. Los niños necesitan un
ambiente familiar rico en estímulos, donde capten una verdadera implicación de
la familia en su vida escolar. También hay que
dedicar tiempos de atención «exclusiva» a los estudios en casa.
Autoestima
Si un niño siente que no es capaz de alcanzar la
meta que se propone, será difícil que lo logre. Es muy importante que cuidemos el concepto que tienen de ellos mismos y
que les devolvamos una imagen positiva de quiénes son y de lo que hacen.
Hay que enseñarles a integrar los errores en el proceso de aprendizaje y no
venirse abajo ante las dificultades: todos los problemas tienen solución. De
entrada basta con intentarlo. Muchas veces las malas
calificaciones
esconden una baja
autoestima
en los niños.
Atención
Desde muy
pequeños hay que habituarles a tareas que les ayuden a centrar su atención durante períodos
de tiempo apropiados a su edad. Para aprender es fundamental que sean capaces
de concentrarse en lo que tienen
entre manos.
Lectoescritura
Es una de
las llaves del éxito
escolar.
La lectura y la escritura son imprescindibles para todas las
asignaturas. Hay que ofrecerles modelos adecuados desde pequeñitos y
fomentar en ellos el amor por la lectura y la escritura.
Motivación
A veces
detrás del fracaso está el desinterés y
la falta de motivación de los chavales por todo lo que huele a colegio.
Esto conlleva falta de esfuerzo personal y abandono de sus tareas. Debemos
fomentar en ellos el afán por hacer las
cosas por sí mismos y la alegría por conseguir las metas que se marquen.
También conviene que les demos una imagen positiva de lo académico: evitemos
comentarios sobre lo «rollo» que es el cole o la rabia que da volver a clase el
lunes.
Memoria
Esta
capacidad es clave para el rendimiento
académico. Se puede ejercitar y estimular con juegos y actividades
divertidas. Eso sí, tan importante es
que memoricen lo que estudian como que lo entiendan. Para ello deberán
comprender primero y retener después. También conviene que memoricen «de forma
adecuada», es decir, relacionando lo nuevo con los conocimientos ya adquiridos.
Capacidad
del alumno
A veces,
el problema radica en que el niño tiene
dificultades de aprendizaje o baja capacidad intelectual. En estos casos se precisa una atención
especializada cuanto antes. Pero el caso opuesto también puede conllevar fracaso escolar; hay niños con
altas capacidades que pueden no ver satisfechas sus necesidades en el colegio (contenidos que se
les quedan muy bajos, aburrimiento, intereses diferentes).
Señales de alerta
Ciertas
circunstancias transitorias pueden convertirse en la base de un fracaso escolar
si no se detectan a tiempo:
- Problemas de salud. Enfermedades
frecuentes, pérdida auditiva o algún defecto en la visión no detectados a tiempo…
Estemos pendientes y no pasemos por alto las revisiones de su pediatra.
- Conflictos emocionales.
La falta de estabilidad familiar y problemas de índole social pueden
perjudicar la marcha de los niños en el colegio.
- Problemas relacionales.
A veces, no sentirse aceptado por los compañeros o no tener amigos puede
hacer que se retraigan académicamente. Por no hablar de los complejos:
verse gordo, avergonzarse de llevar unas gafas o rechazar el aparato
corrector de los dientes pueden ser detonantes de un bloqueo.
Medidas
preventivas
- Hay
que actuar ante la aparición de las primeras dificultades. No es bueno
pasar por alto las malas notas una y otra vez sin poner medidas para
solucionar los problemas de base
- Hay
que concebir el curso como una carrera de fondo. De nada sirve el
sprint final en los exámenes de junio si no se han conseguido buenas
calificaciones desde el inicio de curso.
- No
permitir que se instalen en el papel de perdedores. Aunque las notas
suelan ser malas, cuidemos su autoestima para que no sientan el fracaso
como algo esperado y normal. En estos casos, además de medidas de
refuerzo, precisan mucha comprensión y que les transmitamos afán de
superación