Síndrome caracterizado por llanto excesivo y
repentino, de predominio al final de la tarde y principio de la noche, sin causa identificable, y en un lactante por lo demás sano.
Alrededor de un 5% de los lactantes normales pueden padecerlo, entre las 2 semanas y los 4 meses de edad.
La etiología verdadera de los cólicos del lactante
es desconocida, habiéndose postulado varias teorías: Hipersensibilidad a componentes de la dieta, gas intestinal excesivo, hipermotilidad intestinal, factores hormonales...
En realidad podría tratarse principalmente de una inmadurez del sistema digestivo, que se manifiesta con molestias y dolores en el abdomen. El hecho es que en la mayoría de los bebés los cólicos desaparecen entre los tres y los cuatro meses de edad.
La presencia en el bebé o en alguno de sus familiares de algún tipo de trastorno atópico (como la dermatitis atópica, la rinitis o el asma) o molestias digestivas (tales como vómitos o alteraciones en la consistencia de las heces), es un indicador que sugiere cierta relación con la presencia de los cólicos del lactante.
No existen evidencias sobre que el carácter o la ansiedad de los padres o un caracter dificil del bebé sean la causa de la aparición de los cólicos. Al contrario, los padres de bebés con cólicos suelen acabar desarrollando ansiedad, fatiga, estrés y alteraciones en el ambiente familiar por causa de los cólicos.
La presencia en el bebé o en alguno de sus familiares de algún tipo de trastorno atópico (como la dermatitis atópica, la rinitis o el asma) o molestias digestivas (tales como vómitos o alteraciones en la consistencia de las heces), es un indicador que sugiere cierta relación con la presencia de los cólicos del lactante.
No existen evidencias sobre que el carácter o la ansiedad de los padres o un caracter dificil del bebé sean la causa de la aparición de los cólicos. Al contrario, los padres de bebés con cólicos suelen acabar desarrollando ansiedad, fatiga, estrés y alteraciones en el ambiente familiar por causa de los cólicos.
CLINICA
El bebé presenta ataques de llanto e irritabilidad repentinos, inexplicables, diarios, de predominio por la tarde-noche, de unas 2 horas de evolución. El niño encoge las piernas, se pone rojo y llora. El abdomen se hincha y se pone muy duro; después cesa de repente, quedándose tranquilo. No existen diarrea ni otros síntomas acompañantes. Normalidad entre crisis, con desarrollo psicomotor normal.
Parece hambriento, pero no se calma con la comida. Puede padecer estreñimiento habitual,meteorismo, gases abdominales...- Mantener en casa un ambiente tranquilo por las tardes, sin visitas.
- No alimentar al niño cada vez que llore, esperar de 2 a 3 horas entre cada toma. Si ha comido hace poco tiempo, la tentación es ponerle al pecho para que se calme, pero eso no hará más que reactivar el bucle en el que entran los bebés con cólicos. En este caso sería una de las pocas indicaciones claras del uso de un chupete.
- Balancear, acunar al niño. Acueste al bebé boca abajo encima de sus rodillas y masajee o dé palmadas suaves en la espalda.
- Sonidos rítmicos (televisor, lavadora, juguetes sonoros).
- Dar un paseo con el niño en brazos.
- Dar un paseo con él en coche (¡No falla!).
- Turnarse en el cuidado del niño para descansar.
- Ante todo, ¡no ponerse nerviosos!
En caso de que las tomas sean correctas, una dieta hipoalergénica de la madre podría resultar eficaz en el alivio de los cólicos del bebé. La dieta, que ha mostrado un claro efecto beneficioso en algunos estudios, consiste en la retirada de la leche de vaca y derivados lacteos, huevos, frutos secos, y en ocasiones también la retirada del trigo, la soja y el pescado.
En general, las concentraciones de estos alimentos en la leche materna, se relacionan con la cantidad del alimento ingerido por la madre. Los alérgenos pasan con rapidez a la leche materna, en los minutos posteriores a la ingesta, y pueden permanecer durante varias horas.
NO ABANDONAR LA LACTANCIA MATERNA POR LA APARICIÓN DE CÓLICOS
El uso de infusiones de hierbas no suele recomendarse. Existe algún estudio que muestra cierta eficacia con algunas hierbas, pero existe la preocupación de que el consumo de infusiones reduzca la ingesta de leche en el lactante, con riesgo de desnutrición. Algunas plantas como el anís estrellado pueden causar intoxicaciones graves consumidas en exceso.
Si puede ser recomendable la terapia craneo-sacral a manos de un fisioterapeuta infantil.
Remitir
a su Pediatra en caso de:
- Si el llanto del niño se acompaña de palidez, sudoración, decaimiento intenso o rechazo de las tomas.
- Si su hijo presenta fiebre, vomita o hace deposiciones con sangre.
- Si presenta deposiciones poco frecuentes, heces duras, explosivas, o gran esfuerzo con la defecación