Las causas
de la obesidad son múltiples, e incluyen factores tales como la herencia
genética; el comportamiento del sistema nervioso, endocrino y metabólico; y el
tipo o estilo de vida que se lleve.
En conjunto
puede haber dos principales causas:
- Mayor ingesta de calorías que las que el cuerpo gasta.
- Menor actividad física que la que el cuerpo precisa.
Si se
ingiere mayor cantidad de energía de la necesaria ésta se acumula en forma de
grasa, si se consume más energía que la necesaria se utiliza la grasa como
energía. Por lo que la obesidad se produce por exceso de energía, como
resultado de alteraciones en el equilibrio de entrada/salida de energía. Como
consecuencia se pueden producir diversas complicaciones como son la
hipertensión arterial, la diabetes mellitus y las enfermedades coronarias.
La herencia
tiene un papel importante, tanto que de padres obesos el riesgo de sufrir
obesidad para un niño es 10 veces superior a lo normal. En parte es debido a
tendencias metabólicas de acumulación de grasa, pero en parte se debe a que los
hábitos culturales alimenticios y sedentarios contribuyen a repetir los
patrones de obesidad de padres a hijos.
Otra causa
de la obesidad lo son las enfermedades hormonales o endocrinas, y pueden ser
solucionados mediante un correcto diagnóstico y tratamiento especializado.
Manejo
Los cambios
a provocar son cambios de estilo de vida, ya que han de provocar que se
mantengan para siempre.
Para ello
debemos de identificar (mejor con ayuda de su enfermera o pediatra) las causas
que han llevado a tener este problema. Una vez identificados estos (tanto de
ejercicio como de alimentación) hemos de modificarlos.
En niños
pequeños solo podremos trabajar con los padres. A medida que el niño se hace
más consciente, debemos trabajar también con su ayuda, ya que los cambios
definitivos pasarán por una decisión que ellos tomen al respecto, seguidos de
una implicación activa.
Es posible
que nos estemos jugando su futura salud, por lo que debemos ser pacientes,
dejarles su espacio y su tiempo, pero sin dejar de ser firmes.
Ejercicio Físico:
Apuntarles cuanto antes a algún deporte, tanto individuales como
colectivos. El ejercicio puede ser desde el uso de la bicicleta, ir andando al
Colegio, salidas de excursión al campo, etc.
Alimentación
- Reducir las bebidas al agua y la leche. La mayoría de estos niños suelen abusar de los refrescos, zumos industriales, batidos...todos ellos con exceso de azúcares.
- El número de comidas debe de ser 5 al día: desayuno, media mañana, comida, merienda y cena. Evitar el picoteo y los viajes constantes a la nevera.
- No prohibir nunca nada, en todo caso restringir su uso. Un ejemplo pueden ser las chucherías: reducir la ingesta a dos días en semana, a poder ser evitando en fin de semana.
- Comer en familia siempre que se pueda.
- Enseñarles a comer despacio, masticando bien los alimentos, soltando los cubiertos entre bocado y bocado.
- No beber en exceso en las comidas.
- Aprender a manejar las cantidades que van a comer de cada plato, evitando repetir plato.
- El "no me gusta" ha de evitarse a toda costa a largo plazo. Se les puede permitir no consumir uno o dos alimentos dentro de un tipo (por ejemplo que no coman alcachofas y acelgas en el caso de las verduras), pero el resto ha de consumirlos.
Cocinados
·
Disminuir el uso de fritos y rebozados, en favor
de plancha, cocidos al vapor, asados y guisos.
·
No poner alimentos del mismo tipo en un mismo
plato, ni en una misma comida. Ejemplo:
- Si
toman plato de pasta, que no tomen pan
- Si toman arroz de primero no
tomar patatas fritas de segundo
·
Las proteínas (carnes, pescados, huevos...) se
recomiendan acompañar de vegetales crudos
( (ensaladas) o cocidos.