Durante el embarazo se produce un cambio en el metabolismo que hace que el cuerpo aproveche mejor todo lo que ingieres. La mayoría de las gestantes no necesitan más de 2.300 a 2.500 calorías diarias, es decir, de 300 a 500 más de lo habitual en una mujer que no está embarazada.
Para conseguir ese extra de calorías basta con que comas un cuenco de cereales con leche descremada, dos tostadas de pan integral con mantequilla o margarina o un vaso de leche descremada y un plátano. Pero lo cierto es que no todo el mundo tiene las mismas necesidades dietéticas y el número de calorías depende, entre otras cosas, del peso y del estado de forma de la embarazada. Si necesitas controlar tu ingesta o seguir una dieta estricta por razones médicas, acude a tu médico en cuanto confirmes que estás embarazada.
Comer equilibradamente
Es importante que tu dieta diaria incluya proteínas, grasas, hidratos de carbono, minerales y vitaminas. Procura no saltarte ninguna comida, sobre todo el desayuno, que es la comida más importante del día. Reduce en la medida de lo posible la ingesta de comida rápida y preparada porque suele tener poco valor nutritivo y un alto contenido en sal y grasas. Si te has saltado una comida, puedes comer algo de fruta, verduras crudas, una barra de cereales o un yogur en lugar tomar un pastel, galletas o dulces que no te alimentarán.
Líquidos
El embarazo aumenta la temperatura corporal por lo que es más fácil padecer deshidratación, sobre todo en épocas de calor. Bebe por lo menos ocho vasos de líquidos al día. El agua es la mejor opción, pero la leche, las infusiones y los zumos de frutas y verduras también sirven. Procura no beber justo antes de comer ni durante las comidas ya que, de hacerlo, tendrás la sensación de tener el estómago lleno antes de haber tomado la comida que necesitas para llevar una dieta equilibrada.
Alimentos que debes evitar
Es conveniente reducir o eliminar la ingesta de determinados alimentos que contienen bacterias potencialmente peligrosas que podrían dañar al bebé o afectar a su desarrollo. Entre las infecciones más frecuentes figuran la listeriosis y la salmonelosis, que están directamente asociadas con los abortos, los defectos congénitos y los mortinatos. La toxoplasmosis es menos frecuente, pero también puede provocar abortos y defectos congénitos.
Patés
Evita consumir patés de carne, pescado o verdura porque pueden provocar listeriosis. Queso y productos lácteos no pasteurizados
No consumas quesos azules o con moho que pueden provocar listeriosis. Los productos lácteos no pasteurizados, la leche de cabra y de oveja y sus derivados pueden provocar toxoplasmosis. Toma siempre productos lácteos pasteurizados. Pescado
El contenido en mercurio de algunos pescados, como el pez espada o la caballa, pueden ser demasiado alto y afectar al desarrollo del bebé. Es preferible no tomar más de dos latas de atún o una porción de atún fresco por semana. No comas ni pescado ni marisco crudo ya que podría estar contaminado con bacterias dañinas para el bebé. No tomes más de 170 gramos de pescado de agua dulce por semana y, cuando lo hagas, comprueba que esté totalmente hecho. Huevos
Los huevos crudos o poco hechos y los alimentos que los contengan pueden provocar salmonelosis e importantes problemas de estómago. No comas huevo si la yema no está bien cocida. Carne
La carne cruda como, por ejemplo, el jamón serrano y los embutidos puede provocar listeriosis. La carne poco hecha, sea roja o de ave, puede contener bacterias por lo que es mejor que la consumas bien hecha. Además, ten en cuenta que un exceso de vitamina A resulta tóxico, por lo que evita el hígado y sus derivados. Verduras y frutas sin lavar
Las frutas y verduras sin lavar, sobre todo las que nacen bajo tierra, pueden provocar toxoplasmosis, así que no olvides lavarlas a conciencia antes de consumirlas. No tomes brotes de alfalfa ni otros germinados ya que también podrían contener esa bacteria. Cacahuetes
Si eres alérgica o sabes de casos de alergias alimenticias en tu familia, evita consumir cacahuetes durante el embarazo y mientras amamantes al bebé.
Cafeína
El exceso de cafeína aumenta el riesgo de sufrir un aborto espontáneo o de tener un bebé bajo de peso. No tomes más de tres tazas de café o seis de te al día y vigila el consumo de bebidas y alimentos que contengan cafeína como la Coca-cola y el chocolate. Alcohol
La mayoría de los expertos recomiendan no consumir nada de alcohol durante el primer trimestre, que es cuando se forman los órganos del bebé. Si pasado el primer trimestre quieres beber, hazlo con moderación y no tomes más de una copa al día.
Recuerda que el alcohol que tú ingieres llega al bebé a través de la sangre y que tendrá la misma concentración que tú. Si bebes mucho, cinco copas o más al día, tu bebé puede padecer un síndrome alcohólico fetal.
SEGURIDAD E HIGIENE
• Cuando vayas a comprar, busca al final, cuando ya vayas a pagar, los productos frescos como la carne, el pollo y el pescado. De ese modo, estarán el menor tiempo posible sin refrigerar.
• No comas nunca productos que hayan caducado.
• No compres nada que tenga el embalaje dallado: latas abolladas, bolsas rotas... Ya que esto podría haber afectado a la conservación de los alimentos que contienen.
• En la nevera, guarda por separado los productos frescos y los cocinados. Coloca la carne cruda en la bandeja inferior para evitar que pueda gotear y contaminar otros alimentos.
• Descongela la comida en la nevera o en el microondas (usa la función de descongelación). No dejes nunca los alimentos descongelarse a temperatura ambiente.
• No vuelvas a congelar comida que ya hayas descongelado.
• Si has de recalentar un plato, comprueba que esté bien caliente. No recalientes un plato más de una vez.
• Lávate siempre las manos antes de tocar o consumir alimentos.
• Si cortas carne o pollo crudos, utiliza una tabla de cortar distinta.
• Si adobas carne, pescado o pollo crudo, tira el adobo que te sobre ya que estará lleno de bacterias potencialmente peligrosas.
Para conseguir ese extra de calorías basta con que comas un cuenco de cereales con leche descremada, dos tostadas de pan integral con mantequilla o margarina o un vaso de leche descremada y un plátano. Pero lo cierto es que no todo el mundo tiene las mismas necesidades dietéticas y el número de calorías depende, entre otras cosas, del peso y del estado de forma de la embarazada. Si necesitas controlar tu ingesta o seguir una dieta estricta por razones médicas, acude a tu médico en cuanto confirmes que estás embarazada.
Comer equilibradamente
Es importante que tu dieta diaria incluya proteínas, grasas, hidratos de carbono, minerales y vitaminas. Procura no saltarte ninguna comida, sobre todo el desayuno, que es la comida más importante del día. Reduce en la medida de lo posible la ingesta de comida rápida y preparada porque suele tener poco valor nutritivo y un alto contenido en sal y grasas. Si te has saltado una comida, puedes comer algo de fruta, verduras crudas, una barra de cereales o un yogur en lugar tomar un pastel, galletas o dulces que no te alimentarán.
Líquidos
El embarazo aumenta la temperatura corporal por lo que es más fácil padecer deshidratación, sobre todo en épocas de calor. Bebe por lo menos ocho vasos de líquidos al día. El agua es la mejor opción, pero la leche, las infusiones y los zumos de frutas y verduras también sirven. Procura no beber justo antes de comer ni durante las comidas ya que, de hacerlo, tendrás la sensación de tener el estómago lleno antes de haber tomado la comida que necesitas para llevar una dieta equilibrada.
Alimentos que debes evitar
Es conveniente reducir o eliminar la ingesta de determinados alimentos que contienen bacterias potencialmente peligrosas que podrían dañar al bebé o afectar a su desarrollo. Entre las infecciones más frecuentes figuran la listeriosis y la salmonelosis, que están directamente asociadas con los abortos, los defectos congénitos y los mortinatos. La toxoplasmosis es menos frecuente, pero también puede provocar abortos y defectos congénitos.
Patés
Evita consumir patés de carne, pescado o verdura porque pueden provocar listeriosis. Queso y productos lácteos no pasteurizados
No consumas quesos azules o con moho que pueden provocar listeriosis. Los productos lácteos no pasteurizados, la leche de cabra y de oveja y sus derivados pueden provocar toxoplasmosis. Toma siempre productos lácteos pasteurizados. Pescado
El contenido en mercurio de algunos pescados, como el pez espada o la caballa, pueden ser demasiado alto y afectar al desarrollo del bebé. Es preferible no tomar más de dos latas de atún o una porción de atún fresco por semana. No comas ni pescado ni marisco crudo ya que podría estar contaminado con bacterias dañinas para el bebé. No tomes más de 170 gramos de pescado de agua dulce por semana y, cuando lo hagas, comprueba que esté totalmente hecho. Huevos
Los huevos crudos o poco hechos y los alimentos que los contengan pueden provocar salmonelosis e importantes problemas de estómago. No comas huevo si la yema no está bien cocida. Carne
La carne cruda como, por ejemplo, el jamón serrano y los embutidos puede provocar listeriosis. La carne poco hecha, sea roja o de ave, puede contener bacterias por lo que es mejor que la consumas bien hecha. Además, ten en cuenta que un exceso de vitamina A resulta tóxico, por lo que evita el hígado y sus derivados. Verduras y frutas sin lavar
Las frutas y verduras sin lavar, sobre todo las que nacen bajo tierra, pueden provocar toxoplasmosis, así que no olvides lavarlas a conciencia antes de consumirlas. No tomes brotes de alfalfa ni otros germinados ya que también podrían contener esa bacteria. Cacahuetes
Si eres alérgica o sabes de casos de alergias alimenticias en tu familia, evita consumir cacahuetes durante el embarazo y mientras amamantes al bebé.
Cafeína
El exceso de cafeína aumenta el riesgo de sufrir un aborto espontáneo o de tener un bebé bajo de peso. No tomes más de tres tazas de café o seis de te al día y vigila el consumo de bebidas y alimentos que contengan cafeína como la Coca-cola y el chocolate. Alcohol
La mayoría de los expertos recomiendan no consumir nada de alcohol durante el primer trimestre, que es cuando se forman los órganos del bebé. Si pasado el primer trimestre quieres beber, hazlo con moderación y no tomes más de una copa al día.
Recuerda que el alcohol que tú ingieres llega al bebé a través de la sangre y que tendrá la misma concentración que tú. Si bebes mucho, cinco copas o más al día, tu bebé puede padecer un síndrome alcohólico fetal.
SEGURIDAD E HIGIENE
• Cuando vayas a comprar, busca al final, cuando ya vayas a pagar, los productos frescos como la carne, el pollo y el pescado. De ese modo, estarán el menor tiempo posible sin refrigerar.
• No comas nunca productos que hayan caducado.
• No compres nada que tenga el embalaje dallado: latas abolladas, bolsas rotas... Ya que esto podría haber afectado a la conservación de los alimentos que contienen.
• En la nevera, guarda por separado los productos frescos y los cocinados. Coloca la carne cruda en la bandeja inferior para evitar que pueda gotear y contaminar otros alimentos.
• Descongela la comida en la nevera o en el microondas (usa la función de descongelación). No dejes nunca los alimentos descongelarse a temperatura ambiente.
• No vuelvas a congelar comida que ya hayas descongelado.
• Si has de recalentar un plato, comprueba que esté bien caliente. No recalientes un plato más de una vez.
• Lávate siempre las manos antes de tocar o consumir alimentos.
• Si cortas carne o pollo crudos, utiliza una tabla de cortar distinta.
• Si adobas carne, pescado o pollo crudo, tira el adobo que te sobre ya que estará lleno de bacterias potencialmente peligrosas.